El DT de la Selección Paraguaya, Gustavo Alfaro, encabezó esta siesta una conferencia de prensa cargada de emoción donde se guardó sus mayores secretos respecto a cómo encarará el partido contra Brasil de este martes por las Eliminatorias.
Recordó su llegada hace casi un año donde se dio cuenta de que existía un profundo dolor en los jugadores y en la afición que se podía usar como “punto de partida”.
“¿Vieron cuántas lágrimas hubo de los jugadores al final del partido (contra Uruguay)? Eso es todo lo que transmutaban de su pasado, o eso era todo lo que transmutaban de sus luchas internas”, expresó.
Recordó que antes de ser un consagrado entrenador que llegó a dirigir a tres selecciones nacionales, comandó equipos en las divisiones de ascenso en Argentina, donde cada error le servía para mejorar con el siguiente club en el que asumía.
“Uno tiene que aprender de las experiencias dolorosas que le ocurre a uno mismo”, manifestó.
Trajo a colación también el bajón que sentía el equipo guaraní después de la pésima actuación en Copa América en julio del 2024 que causó la salida del anterior estratega, Daniel Garnero. Los más experimentados jugadores le decían: “Profe, siempre lo mismo”.
Pero él les insistía: “Muchachos, si pegamos 99 veces en el marco, vamos a pegarle una vez, de por ahí le pegamos al clavo. Entonces vamos a intentarlo, no vamos a morir en la previa”, mencionó.
Viejos fantasmas
Indicó que si Paraguay perdía contra Uruguay en el Defensores el jueves, iban a aparecer los fantasmas viejos de Eliminatorias anteriores en las que no clasificaba.
“El otro día la palabra que escribí grande en el pizarrón fue ‘Memoria’, porque para el partido ante Uruguay teníamos que tener memoria por todas las batallas disputadas, por todas las cosas que habíamos pasado, por todo lo que habíamos vivido, en todas las fechas FIFA de acá en adelante y cómo fuimos sorteando obstáculos constantemente”, afirmó.
Recordó cómo le criticaban en septiembre pasado a la Celeste en la primera ronda por empatar de local contra Paraguay, al cual catalogaban de ser “el peor equipo de las Eliminatorias”.
Después, llegaron Venezuela al que se sufrió para superar, Argentina que empezó ganando y dieron vuelta y Bolivia que supuestamente filmó los entrenamientos de Paraguay en la altura para tener ventaja.
“Uno fracasa cuando traiciona a sus propias convicciones. Encontré en la base del dolor, el punto de partida. No sacarlos yo, ellos debían salir de ese lugar. Ahí está la capacidad de reconversión que uno hace de las derrotas, que uno hace de los sinsabores, porque yo digo fracaso es una palabra muy fuerte para nombrar”, resumió.
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