“Estuve viendo el caso de Kaká y más o menos es lo mismo que me pasa. No digo que soy perfecto, pero ya no sé cómo complacer a mi señora.
Estamos casados hace dos años y todo lo que hago no le gusta. Busco la manera de que estemos bien, pero vive como amargada.
Ella es luego así, tiene carácter fuerte y yo soy todo lo contrario. Es luego como se dice “argelada”, pero obviamente yo no le digo eso a ella. Trato de darle por el lado amable, ya que sé que si me pongo nervioso va a ser peor la cuestión.
El tema es que, al ver el caso de Kaká me asusté, ya que me agobia mucho pensar que me puede dejar por eso. No estoy preparado para una separación porque realmente le amo a mi esposa. Es una persona excepcional, de buen corazón con las cosas nobles, pero tiene un carácter y ella me dice que ni ella se aguanta.
Y una cosa también es que me di cuenta de que no le gusta que sea romántico, y a mí me gusta darle detalles.
Ando con cuidado
Hace poco fue su cumpleaños. Le organizamos con su familia una fiesta sorpresa y le entregué un ramo de flores con chocolates, además de ropa. Su cara no era de celebración, quería comerme vivo con la mirada. Se fueron todos los invitados y me retó muchísimo, que cómo voy a hacer ese tipo de cosas, que ella estaba vestida de entre casa, que no puedo armar una fiesta sorpresa y también me dijo que es ridículo que le regale flores.
Es la primera vez que me dice eso, porque ya en otras ocasiones le regalé. Yo soy muy atento, cuando va a bajarse del auto le abro la puerta, le acomodo la silla cuando va a sentarse, todo hago para que esté contenta. Pero nada le convence.
El tema es que con ella hay que tener demasiado tacto y no se puede conversar. Tengo que atender todo lo que digo y hago. Nunca le discuto, nunca empiezo el pleito, y cuando me reclama algo le acepto las cosas generalmente y cuando eso pasa se enoja porque no digo nada, no digo lo que pienso realmente, me dice. Pero si digo se va a enojar también.
¿Debo pelear?
Lo que una vez me llamó la atención es que me dijo que dentro de las relaciones debe haber pelea porque o sino es muy monótono y aburrido.
En otra ocasión me dijo tipo en broma “contigo no da gusto ser mala porque no te enojás luego”.
La verdad que no entiendo eso, no sé si debo defenderme, hablar, decir algo, permitir que se dé una verdadera pelea de mi parte con ella para que se fortalezca la relación o qué, pero no la quiero perder, esa es la verdad. ¿Qué hago?”
La respuesta:
