Soy David, tengo 35 años, y quiero contar lo que estoy viviendo porque ya no sé si soy el futuro papá o el prisionero número uno.
Mi señora tiene 28 años, está embarazada de cinco meses, y desde que se enteró que venía la bendición, se volvió más controladora que nunca. Es nuestro primer bebé, nos estamos estrenando como papás.
Fútbol
Siento que utiliza su embarazo para manipularme. Antes, cuando me quería ir a jugar fútbol con los muchachos o quedarme para el tercer tiempo, ella ya me hacía drama.
Pero yo me iba igual, me aguantaba los celos y los reclamos porque al final sabía que era más show que otra cosa. Pero ahora, desde que tiene feroz panza, usa eso como excusa para todo.
No puedo ni mencionar la palabra “fútbol”, porque ya empieza a quejarse del vientre. Me dice que cuando no le hago caso, le duele todo, y que el bebé siente todito lo que yo supuestamente le hago.
Miedo
Me asusto y pienso ¿si le pasa algo a la criatura por culpa mía? Me siento culpable y me quedo. Pero a veces pienso que me está manipulando nomás.
Una vez, incluso, se desmayó justo cuando le dije que iba a salir con mis compañeros. Pero después, así como se cayó, se levantó y se puso a gritarme. Muy raro fue. Ella dice que todo es por el embarazo, que está más sensible y necesita más cuidados. Yo entiendo eso.
Sé que una mujer embarazada necesita atención, cariño, tranquilidad. Pero esto ya no es normal. No me deja ni ir a la esquina.
Si agarro el celular y se da cuenta que estoy hablando con mis amigos, ya empieza el interrogatorio, yo siempre estoy poniéndole los cuernos para ella, y no le doy motivos.
Espada y pared
Encima no puedo discutirle, porque al toque se toca el vientre y dice que se siente mal. Me tiene entre la espada y la pared.
Por un lado, tengo miedo de que le pase algo de verdad, y por otro, siento que me está manejando como títere. No puedo respirar de ella. A veces me encierro en el baño solo para tener un poco de paz. Estoy cansado. Me siento preso en mi propia casa.
Amo a mi hijo que viene en camino, pero no sé si voy a aguantar más tiempo así. Después con el bebé, capaz sea peor.
Mis amigos ya ni me invitan, porque saben que no voy a ir. Hasta meme ya hicieron de mi foto Me dicen que soy lorito óga, y yo me río gua’u, pero me da rabia.
No sé qué hacer. Solo quiero recuperar un poco de mi vida, sin dejar de ser un buen papá y esposo.
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