Hola licenciado, soy Amalia, tengo 30 años, y estoy de novia con Mauricio hace 8 años ya. Él tiene 35 años.
Escribo aquí porque ya no sé con quien hablar al respecto. Solo sé que ya no puedo más. Hace dos años que nuestra relación se volvió una sombra de lo que era, atrás quedaron los momentos felices y de alegría, hace dos años fue diagnosticado con depresión y, desde entonces, todo cambió.
Al principio quise ser su pilar. Fui con él a las terapias, busqué a los mejores psiquiatras, le recordaba los horarios de su medicación, aguanté sus silencios eternos y sus cambios de humor.
Le decía que no estaba solo, que íbamos a salir de esto juntos. Pero lo cierto es que me estoy hundiendo con él, soy yo la que se está desgastando, esto me roba, me saca energía positiva.
Él no mejora, vivimos juntos y algunos días se levanta sin decir palabra, y otros, con suerte, solo lanza críticas o frases hirientes. Se plaguea por todo, por la zapatilla que dejé fuera de lugar, me pide recoger “ya nomás”, hasta la sola presencia de mis gatos le molesta, cuando antes realmente no le importaba.
Vida
Dice que está cansado, que la vida no le interesa, que nada vale la pena. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que me hace sentir culpable. Como si todo lo que hago estuviera mal, como si yo fuera la responsable de su dolor, de su mal estar.
Yo ya no sé qué más hacer. Dejé de ver a mis amigas, me alejé de mi familia, porque siempre estoy pendiente de él. Cuando salgo, me escribe mensajes acusándome de abandonarlo. Y cuando estoy en casa, se encierra en su pieza o me ignora.
Enojo
A veces, cuando le hablo de mis propias cosas, de cómo me siento, se enoja. Le molesta. Un día, de repente puedo sentarme a hablar bien con él y me dice que no sabe por qué actúa así, pero que nada más le hace feliz.
No es que lo quiera dejar, no soy de las que huyen. Pero tengo miedo de que esto ya no tenga solución. He llegado a un punto en el que me estoy marchitando.
Cada vez que pienso en el futuro, solo veo oscuridad. Siento que vivo con un extraño, que el amor que teníamos está enterrado. Pero repito, él no era así, era súper cariñoso y entendido.
¿Qué hago, licenciado? ¿Está bien querer soltar cuando ya diste todo? ¿Es egoísta pensar en mi salud mental cuando la de él está por el suelo?
La respuesta: