Tengo 30 años, soy profesora y me llamo Mariana. La situación que estoy viviendo es muy complicada. Estoy con un hombre que tiene dos caras. Hace 10 años que Juanjo (40) y yo vivimos juntos, nunca nos casamos por falta de plata. Es decir, vivimos bien, estamos cómodos y todo, pero no nos da el cuero para pagar un casamiento, y a estas alturas ya menos quiero casarme.
Antes sí, pero ahora pienso que me hice un favor enorme.
Juanjo era un hombre maravilloso cuando lo conocí. Súper detallista, amoroso, no mataba ni una mosca.
Nunca llegaba a mi casa sin llevarme algo. Así conquistó a mis padres, a mi mamá principalmente.
Pero después de seis meses de noviazgo, ya me mudé a vivir con él. Él me apuraba mucho luego, me decía que quería estar conmigo ya, con nuestra familia y me pintaba una vida color de rosa.
Semanas
Cuando me mudé, no pasaron dos semanas y empezó a maltratarme verbalmente. Todo lo que me decía era increíble, yo no podía creer que esas palabras salieran de su boca.
Pasaron los meses y em pezó a maltratarme ya físicamente. Yo siempre traté de justificarle, diciendo que bueno, que capaz era así porque tuvo una infancia muy dura. Vivió como niño de la calle mucho tiempo, y pasó miles de adversidades, prácticamente vivió con personas extrañas como criado.
Pensaba que iba a cambiar, pero no. Pasaron los meses y era peor. Pero él era calculador, nunca me dejaba marcas visibles, él siempre me lastimaba donde no se pudiera ver.
Sarambí
El tema es que mi gente nunca se enteró de lo que pasaba hasta hace algunos meses, porque él cuando estábamos solos en mi casa hacía todo el sarambi, se transformaba por cualquier vaso sucio, pero con mi gente, cuando ellos están, es el hombre más atento del mundo, el más calidá, el más servicial. Nunca entendí por qué, no sé si tendrá dos personalidades o qué le pasa.
Hace como 4 años dejó de pegarme físicamente. Fue porque yo reaccioné, agarré un machete, y se asustó porque a mi lado estaba mi hija, yo solo hice eso para mostrarle que puedo defenderme, pero no le iba a hacer daño a mi hija nunca.
Entonces paró de pegarme, pero sí siguen los maltratos psicológicos, las ofensas verbales. Hace poco le conté a mi mamá todo lo que sufrí, y no podía creerme, ahora me dice que le deje y que ellos me van a ayudar a comenzar. No sé qué hacer, me cuesta mucho desprenderme de él ¿Qué me aconseja?
La respuesta: