19 may. 2025

Ya las caravanas...

@paredesjor33 @paredesjor33

El fin del año suele estar marcado con el inicio del novenario dedicado a la Virgen de Caacupé. Es la época en que los católicos y no católicos empiezan a peregrinar hasta la “Capital de la fe mariana”. Muchos van a pagar sus promesas y renovar el pedido de salud, trabajo y amor a la “Madre común” de los paraguayos.

Y muchos también se van por curiosidad, para pasar momentos de actividad profana, ya que no les viene ni les va la devoción a la Santísima Virgen. También van comerciantes para buscar un poco de alivio para su economía familiar o para hacer un poco de platita para su “aguinaldo” o para el pan dulce.

Entre la “jungla humana” también se mimetizan los delincuentes y entre ellos figuran los asaltantes, motochorros, descuidistas, estafadores, tortoleros, y de varios otros rubros. Caacupé convoca a todos y tampoco faltan nuestros gobernantes y políticos de turno. Al menos, Cartes ya anunció que para los días centrales del 7 y 8 no estará al pie de la Virgen. Eso alivia un poco la aglomeración de católicos.

Pero seguro estarán los otros mandamases de turno, como los integrantes del gabinete del Ejecutivo, senadores, diputados, magistrados y otros de escala menor en la política, pero llenos de pecado de la gula, sobre todo del erario público.

El pueblo, no solo católico, esperará que los religiosos les refriegue por la cara a nuestros angurrientos políticos y autoridades de turno el eterno pecado contra el bien común. Para muestra basta un botón. Es una bofetada al pueblo que los parlamentarios, por ejemplo, destinen miles de millones de guaraníes para bocaditos, para secretarias vip, para asesores y que la gente común mendigue todos los días por un pedazo de pan.

Que la justicia, que debería ser pronta y barata para todos por igual, solo se active para los ricos y poderosos. Que la inseguridad sea el pan nuestro de cada día, mientras un pequeño grupo de paraguayos ni siquiera sepan del peligro que existe en las calles.

Ya suena la música “Ya las caravanas” y peregrinar hasta Caacupé para seguir con lo mismo no tiene sentido.