19 may. 2025

¿Y por qué yo?

@uruser @uruser

Estando uno en una edad en la que está más cerca de la tumba que del nacimiento, los temas del fin, las casualidades y las causalidades son más recurrentes. Hace unos años, hablando con un querido amigo que me dio trabajo y amistad cuando llegué a Paraguay, me contaba su experiencia en el 11-S.

Él estaba en la primera torre y se hizo, estoy seguro que muchas veces, una pregunta: ¿por qué yo me salvé y no cualquier otro de los más de 3.000 que murieron ese día?

Él también pensaba en la enorme cantidad de bomberos que subían por las escaleras mientras él las bajaba corriendo, más impulsado por el amor a la vida que por sus cansadas piernas: “esos bomberos murieron todos, lo pensé tantas veces...”

Probablemente, mi amigo nunca sabrá la respuesta a su pregunta de por qué él y no los otros (o quizás sí). La muerte no acecha solo en ocasiones tan grandilocuentes como el 11-S o el vuelo del Chapecoense: mi amiga Diana se vio atrapada con su vehículo en un raudal el domingo pasado. “Yo no pensaba morirme ese domingo”, sostiene, pero de hecho, existió la posibilidad.

¿Cómo habrán sido esos últimos minutos en el vuelo del Chapecoense? ¿Qué pensará uno en esos momentos en que la certidumbre de la muerte pasa a ganar tu cuerpo? Y finalmente... ¿qué te garantiza que la muerte, esa inexorable visita no nos espera en los próximos 5 o 10 minutos?

Un colectivo sin frenos, una escalera mojada, un motochorro volado o si querés algo más lento, un mosquito con algún virus: no se precisan grandes cosas para morirse. “De esas cosas no se habla”, me retaba mi abuela, “a la muerte no se la llama”, repetía horrorizada ante mis preguntas.

Pensá seriamente en la muerte: en definitiva, es lo único seguro de la vida. Y no quisiera ser muy frío, pero calculá cuánto tiempo (teórico) te resta y qué te queda por hacer. Cargate las pilas y apuntá a tus metas, sean cuales sean. Y los dejo, que ya llegó la hora de ir a mi casa, que es el único lugar en el mundo donde quiero estar.

Créanme, no es poca cosa eso.