18 may. 2025

Un dolor invisible a las leyes

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@feryirobles


En esta oportunidad les voy a narrar la historia de quien conoceremos como “Mara”, y entenderemos porque me refiero a ella con un nombre ficticio. Se trata de una niña de 13 años que, debido a una neuropatía, está en estado tetrapléjico. Durante casi toda su vida, tuvo que soportar dolores físicos que la medicina farmacéutica nunca pudo calmar. Pertenece al tipo de pacientes que, dada a la etiología de su dolor, no puede beneficiarse con narcóticos analgésicos como la morfina. Sin embargo, hace un tiempo su mamá descubrió algo que cambiaría su vida por completo.


“Para Mara, consumir cannabis es acercarse a su objetivo: moverse, agarrar los objetos, sentarse, caminar”


El testimonio de Mara es el reflejo de la vulneración de su derecho a vivir dignamente, garantizando el alivio de su sufrimiento con el único remedio que le resulta eficaz: el cannabis medicinal. Lo que para la mayoría es un acto ilegal, para Mara, consumir cannabis es acercarse a su objetivo: moverse, agarrar los objetos, sentarse, y hasta caminar. Para cosas tan triviales como estas, Mara y su familia debían vivir casi de forma clandestina. A pesar de todas las dificultades que esto significaba, y el riesgo que corría actuando al margen de la ley, su madre, actual integrante de Mamá cultiva, logró mejorar drásticamente la calidad de vida de Mara. A pesar de que en el mundo existen miles de testimonios similares, en Paraguay, la opción de la marihuana como medicina alternativa todavía era un tabú que estaba matando. Pero hoy tenemos mucho que festejar. Lejos de aquel pensamiento medieval que todavía resistía, esta semana viajamos al fin al siglo XXI. El ministro, finalmente anunció la autorización del uso regulado con fines medicinales del aceite de cannabis en Paraguay, para el tratamiento de la Epilepsia Refractaria en niños. Actualmente, 130 personas que padecen de esta enfermedad ya estaban siendo tratadas con el producto, pese a que no contaban con la autorización para su uso, como Mara y su familia, que ya no necesitarán esconderse para vivir, volviéndose visible su dolor.