19 may. 2025

Un año más (o menos, qué más da)

@uruser @uruser

Ayer a la mañana, en una breve escapada que me hice por las calles asuncenas, estaban en el paseo central de Kubitschek unos 5 o 6 niños indígenas. Tendrían entre 5 y 15 años y uno de ellos, el más pequeño, bajó a la calle a pedir monedas a los que esperábamos el verde para seguir, impacientes.

En la cara del niño que pedía la moneda no había ninguna expresión: ni alegría cuando le daban monedas, ni enojo cuando cosechaba un no. Los que estaban sentados en el paseo central, tampoco mostraban ninguna expresión: ni calor, ni incomodidad, ni sufrimiento, llanto o alegría. Estaban nada más, como el árbol que les protegía del sol.

Vino el verde y aceleré, apurado por llegar a uno y otro lado, mientras pensaba en los preparativos de la despedida del año, en la gente a quien saludar, en las cosas pendientes y que ya quedarán para el 2017, en lo logrado y en lo que no, en los triunfos y en las derrotas.

¿Pensarán esos niños de Kubitschek en esas cosas? ¿Tendrán esperanzas de una mejora en el 2017? No creo. Esos niños de las esquinas pueden ser los hijos de la niña que yo veía en los comienzos del 2000 en la zona céntrica, pero no son, porque ella sigue en la misma esquina, pero ya con dos hijos, criados a fuerza de calor, polvo, sol, monedas, empanadas y gaseosas de 2.000.

Ayer vi un ejercicio muy lindo: “Define tu año en una palabra”. En tiempos en que la imagen gana, me pareció un lindo desafío. Pensé un momento: la mía sería “cambio”. En menos de 12 meses, hice radio, estuve en dos canales de TV y todos los días trato de hacer algo nuevo en el trabajo diario.

Y pienso seguir haciéndolo, apostar al cambio, a la renovación, al crecimiento. Te invito a hacer lo mismo: si lo que estás haciendo no te gusta, cambiá, buscá lo que te apasione. Y si ya estás en algo que te gusta, mejorá, evolucioná, perfeccioná.

Hacelo y pensá que otros, como los niños de Kubitschek, se han quedado hasta sin eso.