13 dic. 2024

Todo está muy raro

@santula @santula

El escenario político que vive actualmente nuestro país es de lo más raro que pudimos observar en los últimos años. Aunque es innegable la crisis que derivó en el asesinato del vicepresidente de la República Luis María Argaña, el ambiente de crispación hoy por hoy mete hasta un poco de miedo.

No se discuten ideas, pensamientos políticos o no se discrepa en cuanto a ideologías que hagan de tamiz a la realidad nacional. Las acusaciones son directas, enfocadas en lo personal y con descalificaciones y agravios de todo tipo. Viejas rencillas desempolvadas y vendettas que saltan hasta 24 años después acaparan los medios de comunicación en los últimos meses.

Zacarías Irún, de ser el hombre que dio la espalda a la ANR en el 2008 y el que trató a Cartes de contrabandista y narcotraficante más de una vez públicamente, se convirtió en el principal vocero de Cartes y desde Mburuvicha Róga opera y se dirige a la gente anunciando pase de factura a sus viejos rivales políticos como Kale.

“Kale tiene semen en la cabeza porque ya lo otro no le funciona” escuchado de Zacarías o “el mariposón del Este” como denomina Galaverna a Irún, son algunos de los calificativos utilizados. Para el 2018 el panorama no es nada claro, no se puede decir hoy que tal o cual persona sería la elegida para pelear por la presidencia.

Lo único concreto es que a dos años a falta de ideas, sobran los descalificativos y las agresiones. Lejos de construir se confronta y no precisamente ideas. Hay una profunda división en la ciudadanía en general y un tremendo quiebre en todos los partidos y movimientos políticos.

Hoy podemos hacer mil conjeturas, pero el tiempo sabrá decirnos quién se benefició con la división y con la estrategia de dividir para vencer que alguien, muy hábilmente, está utilizando. Según Galaverna, ese alguien podría ser Cartes con la intención de “destruir a la ANR y fundar el neocoloradismo Cartista”.

Y como siempre, mientras unos pocos resuelven sus problemas de cuoteo a balazos o con bombitas, otros esperan acceder, al menos, a lo básico.