24 abr. 2024

Tan ingratos con los ancianos

El suplicio de doña Carmen comenzó a las 07:00 cuando pegada al antiguo teléfono de línea baja llamó al Call Center de IPS. Con el tubo pegado a la oreja estuvo tres horas y logró ingresar a lista de espera de 150 llamadas. Con los ojos fijos en el reloj de pared pudo sentir cómo su presión subía al ritmo del minutero.

La señora no entiende de tecnología, ni siquiera tiene un teléfono inteligente para agendar su cita médica vía APP o web. La abuela tiene derecho a acceder a los servicios básicos de salud sin depender de la ayuda de sus hijos o de terceros. Es una persona fuerte que aún puede valerse por sí misma.

Se queja, reniega del Gobierno y del sistema de Salud. No son plagueos de “vieja”, ña Carmen tiene toda la razón. El sistema debe adaptarse a sus necesidades, no ellos a las ocurrencias de un mundo globalizado, pero insensible a las diversas realidades.

Hay que añadir la falta de medicamentos y de hogares de ancianos. En todo el país solo hay 5 hogares nacionales, los demás son para gente adinerada.

En el 2016, la agencia “Help Age Internacional” nos calificó como el tercer peor país del mundo para envejecer. Nada de esto ha cambiado, los abuelos se van en medio de sufrimiento y los ingratos olvidan que estar en ese lugar es solo cuestión de tiempo.