18 may. 2025

Sistema que ahoga

La directora de una institución educativa de Guarambaré envió un mensaje por WhatsApp a los profesores: “Lleven sus remeras coloradas para recibir al futuro gobernador que vendrá a la escuela”.

La llegada del candidato del oficialismo movilizó a la docente que sabe más que nadie qué implica una visita como esa. Historias parecidas se repiten en varias instituciones del país en épocas electorales a pesar de que realizar proselitismo en escuelas está prohibido. Los funcionarios de educación siempre se han visto obligados a lamer los zapatos del candidato de turno, sin importar quién sea, con tal de no poner en riesgo su trabajo.

La degradación más vil que sostiene el sistema político es manejar las escuelas y colegios como una seccional. La ANR es la oficina de Recursos Humanos de los maestros y esta realidad la considero macabra. La dominación de quienes tienen que promover la educación, única herramienta de liberación, es estratégica.

Algunos políticos han llegado más lejos: han utilizado a los niños para realizar abiertas campañas electorales. Reparten útiles y hasta pupitres con inscripciones del candidato y su lista. Ciudad del Este es donde el “cepillerismo” encontró su trono; el año pasado, en una institución pública, los niños cantaban por lo menos tres veces a la semana un “himno político” para el clan Zacarías. Estas son unas de las tantas violaciones de la ley que se realiza abiertamente porque no existe una sanción electoral para los protagonistas.

Salud pública es otra víctima del politiquerismo. El director del Hospital Regional de Ciudad del Este, Nelson Zena, confesó que el verdadero palco del carnaval de la corrupción son las Unidades de Salud Familiar, donde los políticos contratan y despiden a profesionales de blanco según su conveniencia. Por eso la educación y la salud en Paraguay están tan olvidadas.

Los políticos no tienen planeado dar oportunidades a docentes que sobresalgan por su profesionalismo y mucho menos generar pensadores libres. Con este sistema, estamos muy lejos de tener salud gratuita y de calidad. Los políticos nos necesitan enfermos, pobres, con necesidad de trabajo y con poca dignidad para seguir acumulando sus riquezas.