19 ene. 2025

Sergio, el auténtico Señor de los Cielos

Por Hugo Barrios @Huguelli Por Hugo Barrios @Huguelli

Son muchas las mujeres que siguen la serie El Señor de los Cielos porque, aseguran, el protagonista principal es demasiado “churro”. No sigo la telenovela, pero las referencias que me dieron es que es muy buena. Hasta donde sé, cuenta la historia del narcotraficante mexicano Amado Carrillo, el exlíder del Cartel de Sinaloa.

Días atrás, EXTRA te contó la hazaña de Sergio Daniel Palacios, un no vidente que se lanzó en paracaídas hacia la zona de Tobatí, cumpliendo así quizás el mayor de sus sueños. Su alegría fue desbordante luego de pisar tierra y contar su experiencia. Para él, estar allá arriba y extender los brazos fue una vorágine repleta de emociones. Fue como darle un inmenso abrazo al ser más querido.

Quizás sus ojos no percibieron el paisaje desde lo alto, pero sintió mucho más que cualquier otro ser humano lo supremo que es el mundo y lo diminutos que podemos llegar a ser ante la naturaleza. Desde que saltó al vacío y sintió el viento latigando suavemente su rostro, fue un verdadero Señor de los Cielos, pero uno bueno, uno auténtico, no como el de la narcotelenovela.

El instructor con quien se tiró desde el avión asegura que es el primer no vidente de nuestro país en saltar en paracaídas. A pesar de su discapacidad visual, Sergio ve la vida con un optimismo contagiante e inspirador. Estudió Periodismo, hoy día trabaja en el área de Comunicación Social de una entidad pública y hasta se da el lujo de componer canciones, pues le fascina la música.

Este hermoso capítulo en la vida de Sergio debe hacernos reflexionar sobre la importancia de no discriminar a las personas con discapacidades físicas. Muchas de ellas continúan viviendo en una sociedad a la que le cuesta demasiado ser inclusiva y que, a menudo, se acuerda de ellas solamente en épocas de Teletón.

En el diccionario de Sergio no existe la palabra discapacidad porque es capaz de hacer cosas que vos ni yo ni millones somos capaces de hacer. ¿O ya te tiraste de un avión, capé? Ya tú sabes.