
Recuerdo que uno de mis primeros artículos periodísticos, allá por el 2003, fue sobre la Catedral de San Lorenzo. Un arquitecto español había venido a nuestro país y dijo, burlonamente, que el templo no era de estilo gótico y que más bien se parecía a una “torta de cumpleaños”.
Obviamente, como buen sanlorenzano, salí a defender con uñas y dientes al emblemático edificio de la ciudad. San Lorenzo está hoy de fiesta: es el día de su santo patrono y el 241° aniversario fundacional. No nací en esta localidad, pero pasé toda mi vida allí.
Como viene siendo una tradición, los alrededores de la iglesia reciben la visita de miles de pobladores y algún que otro visitante. De día, todo tranquilo; de noche, un peligro. Todo muy bonito con los festejos patronales. Hay que celebrar una fecha tan especial con actividades que promuevan el cariño por la ciudad.
Sin embargo, siempre es bueno recordar a sus autoridades que las necesidades están a la orden del día en las calles y barrios. El tráfico vehicular es detestable, caótico, vergonzoso. Pasar por el microcentro te puede tomar casi una hora si vas en colectivo: inadmisible desde todo punto de vista.
El drama de los vendedores del mercado municipal continúa, los verduleros y fruteros se colocan en plena ruta, convirtiendo al tránsito en toda una odisea. El crecimiento comercial es gigantesco, pero absolutamente desordenado.
Si hay algo que reprochar al sanlorenzano es su falta de fanatismo por la ciudad. Hay que quererla más, mimarla más. Quizás el reflejo de ese desinterés se nota en el Sportivo San Lorenzo que, tras su retorno sin pena ni gloria por la división profesional de nuestro fútbol, está hoy en los últimos lugares de la tabla, en la Intermedia.
Atrás quedaron las épocas en que el Rayadito, cuyos colores vestí en las divisiones inferiores, era un hueso duro de roer para los equipos de Primera.
A pesar de todos los defectos que pudiera tener, y de la pésima administración de sus autoridades, San Lorenzo tiene un encanto indeleble. Tiene su rica historia y ciudadanos ilustres que hicieron historia. Ycuá Pa’i, Saturio Ríos, Gabriel Pellón, Tren Lechero, Pedro J. Carles... lugares y nombres que a todo sanlorenzano le es familiar. ¡Salud, Sanlo!