No nació en cuna de oro. No tiene amigos influyentes. No es una persona involucrada en política partidaria. No es de adular, ni de ensalzar a nadie para conseguir su propósito. Sus únicos aliados son su sacrificio, su constancia, su honestidad, su interés por aprender, su humildad y su vocación de servicio.
Dominga Flores, de 57 años, de Asunción, a quien entrevisté en dos ocasiones, culminó en diciembre pasado el colegio, luego de retomar sus estudios varias décadas después. Por cuestiones propias de su vida, tuvo muchas dificultades pero terminó la secundaria en el colegio Patricio Escobar a pocas cuadras de su casa, como lo hacen aquellas personas que se aferran a una meta.
La señora Dominga soportó duras condiciones de pobreza durante su niñez y apenas pudo concluir la escuela. Siendo adulta, llegaron los hijos, y tenía que trabajar de empleada doméstica o lavando ropa de vecinos para dar de comer a su familia.
La señora Dominga no solo soñaba: Tenía una visión. Y la compartió con sus profesores y compañeros de aula, que eran menores en edad a ella. No se conformó con el título de Bachiller, a través de PRODEPA. Buscó profesionalizarse.
En consecuencia, la Dirección de Educación Permanente del MEC intermedió para contribuir en su formación. Es así que ahora, la señora Dominga ya va a la facultad a estudiar lo que gusta, a través de una beca universitaria completa.
A la señora Dominga le une una fe a Dios. Cada vez que le consulto sobre su situación académica, desempolva un texto de la sagrada escritura: “Esfuérzate, sé valiente y yo estaré contigo, dice el Señor”, recuerda.
La mujer dice que todo está en la decisión. Ella optó por salir adelante y convertirse en un ejemplo para sus nietos. Su siguiente desafío es culminar la universidad y abrir un negocio en su casa.
Dicen que al hombre se lo conoce por sus ideas, pues ellas reflejan su visión del mundo, así como sus valores y principios. Si unimos el interés de la señora Dominga y la atención del Estado, como en este caso lo hizo el MEC, saldríamos de tanta pobreza y desesperanza.