El escenario que uno supone como previa a unas internas, de cara a cualquier tipo de elección es una utopía si comparamos con lo que estamos viviendo en Paraguay. Lejos de los debates de propuestas, planteamientos, discusiones ideológicas (al tratarse de un legendario partido como el colorado) o sencillamente de visiones respecto a qué rumbo tomar, el discurso pasa por otro camino.
Tanto Pedro Alliana como Mario Abdo Benítez fueron invitados por el equipo de producción de AAM para hablar de lo que quieren hacer con el Partido Colorado, innovaciones estatutarias, visiones respecto a temas de debate cruciales en la sociedad.
Nos interesa hablar del financiamiento político, del aborto, la eutanasia, del sistema de representación política, de las seccionales, de reforma constitucional, de reelección, de temas centrales a la hora de conocer a un candidato. Luego de tanto insistir para que acepten un panel con ese enfoque mi conclusión es que son temas secundarios para los candidatos.
Tanto Alliana como Mario Abdo solo quieren hablar de lo malo que tiene el adversario, de sus escombros, de sus narcos, de aquellos mafiosos que esconden en sus equipos de trabajo y que sirven para alimentar en el día a día el enfrentamiento entre uno y otro.
Es penoso ver que un partido tan emblemático como el colorado, incluso teniendo a jóvenes aspirantes a la presidencia, no sea capaz de plantear en este proceso nuevas visiones y propuestas para el devenir.
¿Es en serio posible que un colorado se afilie al partido solo por tradición o por ventaja en el caudal electoral? ¿Es tan difícil encontrar alguien que lo haga por convicción ideológica y por creer que estatutariamente es el partido con el que comulga? Por un momento pensé que al ser jóvenes Mario Abdo y Alliana el nivel del debate iba a ser otro y que las propuestas iban a ocupar un papel preponderante más allá de las acusaciones como estrategia de campaña.
Así como viene la mano, el futuro es un calco del pasado.