20 may. 2025

Por un EPP Go y Pickachú presidente

@uruser @uruser

Tarde o temprano iba a pasar: el juego que enloqueció al mundo llegó el miércoles al Paraguay. Afectos a perder la calma por cualquier cosa y a entusiasmarnos por la última novedad, es de prever que aquí pasarán iguales cosas que en otros lugares del mundo: accidentes, gente ensimismada en su smartphone (más aún de lo que ya está) y otras lindezas. (Esperemos que nadie se olvide de su hijo o pierda la vida cayéndose de un puente, como ya pasó en otros lugares).

Pero es la modernidad: creo que dentro de unos años no vamos a ser capaces de distinguir exactamente entre el “mundo real” y el “mundo virtual”. De hecho, para los más jóvenes esa diferencia es cada vez más imperceptible. Les duele tanto (o más) el acoso a través en internet que el hecho en vivo y en directo.

Para ellos, la experiencia no vale si no la difunden en sus diferentes redes sociales, donde los sentimientos se expanden y se amplifican rápidamente. Con el tiempo, en unos años, ya todos viviremos de esa manera. Pensá nomás que hace unos años, los viejitos de 40 no queríamos saber nada de mandar mensajes de texto y hoy, compartimos fotos y “whatssappeamos” cada vez más.

Pero no luchemos contra la corriente, saquemos algo positivo. Por ejemplo, allá en el norte, donde las cosas se rigen “por otras leyes” (según reconocen algunas autoridades”), podemos desarrollar un EEP Go, para que la FTC encuentre finalmente a los cada vez más escurridizos epepianos.

Se me ocurre también, por qué no poner un Pokémon en cada escuela ruinosa, para que vayan por allí los ministros y autoridades. Podemos poner un monstruo en cada esquina, para que los funcionarios encargados de velar por la seguridad de los niños vean en qué condiciones están los niños de la calle, “prioridad” en los discursos de todos los gobiernos.

Y finalmente no tenemos que asustarnos tanto de toda esta “realidad aumentada”: así como nuestros gobernantes viven en países de maravilla, nosotros también podemos disfrutar un poco de magia en la nuestra. Con el tiempo, Pikachú podría ser presidente... no creo que sea tan malo...