La triste imagen que nos dejó las inundaciones en Ñeembucú, en donde miles de familias se encuentran en situación de emergencia, apelando a la solidaridad ciudadana para sobrellevarla, es otra muestra de la desidia histórica que sufre la zona.
Más allá de que este hecho sea catalogado como una “catástrofe natural”, no olvidemos que los problemas en esa parte del país no son nuevos y parece que están lejos de acabar. Pésimo estado de las rutas, carencia de insumos básicos para una digna subsistencia; tener que cruzar al territorio argentino para acceder a servicios de educación y salud... son solo algunos de los tantos inconvenientes con los que día a día deben lidiar nuestros compatriotas.
“Los pobladores de Ñeembucú, históricamente, siempre fueron marginados por las autoridades”
En mi mente se quedó grabado el tuit de José Luis Chilavert, exportero albirrojo, que cuestionó la postura un tanto oportunista de Fernando Lugo, exmandatario que tuiteó: "Ñeembucú con su hermosa capital se merece una solución definitiva a las inundaciones, merecen una defensa costera”. Sí, claro que es urgente la construcción de una defensa costera, pero ¿él lo hizo o al menos lo propuso habiendo estado al frente en su momento? No. Tampoco alguna de las autoridades actuales se pronunciaron al respecto y ni siquiera especularon con la posibilidad de algún proyecto a largo plazo que pueda dar una solución definitiva.
Los paraguayos volvimos a mostrar una cara solidaria al extender una mano, acercando alimentos, ropas y algunos materiales. Sí, todo suma a la noble causa, pero mientras seamos incapaces de poder ofrecer cambios verdaderos en los poblados sureños, tendremos la misma historia año tras año en épocas de lluvias. Las donaciones son pequeños placebos que calmarán por un rato; solo el interés, planificación y la acción de los mandatarios de turno podrán enterrar esta problemática triste que de alguna u otra manera, nos afecta a todos.