“Acá hay gato encerrado” es la frase más común que se utiliza cuando algo no queda bien claro. En este punto, quiero referirme al error de procedimiento de la Senad que terminó en la muerte de una niña de 3 años. En tal sentido, es importante no perder de vista la investigación que está realizando la Fiscalía para determinar la responsabilidad en ese operativo criminal. Sin embargo, apenas iniciada la etapa investigativa ya se vio que la cancha será embarrada.
La prueba de parafina a las que fueron sometidos los agentes, para conocer quiénes dispararon las armas, llamativamente resultó negativa. Es decir, a priori con este resultado ninguno de los antidrogas procesados dispararon arma de fuego. Entonces, ¿lo hicieron los fantasmas?
Es importante señalar que la prueba de nitritos y nitratos no es la más contundente a la hora de valorar las pruebas y tampoco se trata de la única y definitiva. Luego le sigue la prueba balística, para conocer las armas de donde salieron los proyectiles y, especialmente, las balas que terminaron con la vida de la niña de 3 años.
Además, hay que señalar que existen otros medios de pruebas que seguramente la Fiscalía va a utilizar dentro de su investigación para llegar a la culpabilidad de los que cometieron el fallido operativo y que terminó con la vida de una pequeña y también dejó herido a otro familiar. No solo la familia Zanotti Cavazzoni sino toda la ciudadanía espera que los responsables de este criminal error puedan pagar ante la justicia su culpabilidad.
Igualmente, sería interesante que el Ministerio Público también revele cómo hicieron estos sindicados antidrogas para borrar toda prueba incriminativa de sus manos. En realidad, son expertos y pudieron recurrir a elementos para dar negativo en la prueba de parafina.
A pesar de que Cartes ahora ya reglamentó que los agentes antidrogas no utilicen más armas de fuego de grueso calibre en sus operativos, de la mente ya no se borrará que una inocente vida haya pagado la equivocación criminal cometida el pasado 18 de junio en Nueva Italia.