14 dic. 2024

La indignación del “me gusta”

@diegomarini @diegomarini

El contralor Óscar Velázquez sigue en su cargo y por momentos da la sensación que terminará sus funciones, con algunos sacudones es cierto, pero sin mayores sobresaltos. Esto ocurre solamente por el blindaje que le da hoy la clase política y por la defensa que ya se ha encargado de hacer el diputado colorado Hugo Velázquez, quien suponemos es la mirada oficialista. Es indignante cómo se ha manejado la Contraloría, no solo en la alegre manera de rifar nuestra plata sino en la poca eficacia con la que ha realizado su tarea.

Ni la propia Secretaría de la Función Pública ha podido obtener informes completos de la Contraloría, pero eso no importa, el cartismo por de pronto piensa que es mejor no joder a los oviedistas por más que en términos políticos no representen ya lo que fue el partido de Lino Oviedo. Tampoco imaginamos, ojalá sorprenda, al arrepentido ministro de la Función Pública, Humberto Peralta, gritando a los cuatro vientos que Óscar Velázquez no informa y que por eso debería irse. La oposición no reaccionó con firmeza y la levadura que podría haber activado la ciudadanía se ahogó en la indiferencia.

A través de los medios, varios organizadores se pasaron invitando a una concentración para demostrar el desprecio a la gestión de Velázquez y pedir su juicio político. Solo por Facebook enviaron más de trece mil invitaciones que fueron respondidas por mil trescientas personas que habían asegurado que irían, pero no fueron.

La indignación no pasa del “me gusta”. Apenas un puñado de personas indispensables hizo lo que al menos cien mil deberían haber hecho, como si a los demás no nos interesara que nuestro dinero sea utilizado para regalar a ese personaje de short y zapatillas que “astutamente” iba a marcar para cobrar por las horas en las que estuvo holgazaneando. Es una pena ver lo fácil que le hacemos el negocio a los corruptos y ladrones, sobre todo sabiendo con pruebas que si a algo le temen los poderosos es a la movilización de la ciudadanía.