En Caacupé ya se respira aire de fiesta mariana. Como “Capital espiritual”, la devoción a la Virgencita de los Milagros no cesa durante el año, pero a esta altura del año, próximo al inicio del novenario en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, se vive otro ambiente.
Durante esta festividad religiosa más grande del país convergen la religiosidad y las actividades paganas. Si bien, todo gira en torno a la Virgencita azul, pero las cosas van más allá de la peregrinación, de participación en las misas, de la confesión y pago de promesas.
En este tiempo, muchos están más preocupados en sacar el “jugo” a la fiesta mariana y no precisamente religioso, sino más bien comercial. De hecho, la Municipalidad ya inició la venta de veredas y otros espacios públicos para que en la adyacencia del santuario se acreciente el mercado de venta de todo tipo de mercaderías.
Pero este año la villa serrana no solo se debe preparar para recibir a miles y miles de devotos sino también a delincuentes que seguramente aprovecharán para extender la peste de asaltos, robos y todo tipo de delitos que ahora se enseñorea en nuestro querido país.
La capital de la fe necesitará del milagro de Tupãsy Caacupé porque, como en todos lados, viene soportando la tremenda inseguridad que se vive en el país. Esta capital departamental cuenta con 60 mil habitantes, aproximadamente, y actualmente la capacidad de respuesta de la Policía Nacional hace rato ya fue rebasada por los malandros.
Si la fuerza pública de seguridad interna no puede solucionar los hechos delictivos en la “Capital espiritual” antes de la festividad mariana menos va a conseguir con la presencia de miles y miles de peregrinos que llegarán para el novenario y los días centrales de la fiesta religiosa.
Ojalá mi percepción esté errada y no aumente la delincuencia en la villa serrana, más de lo que ahora mismo deben soportar la indefensa población. Ojalá la Virgen de los Milagros escuche los ruegos y pueda retornar la tranquilidad que hasta hace poco caracterizaba a esta capital de la fe.