19 may. 2025

Justicia genuflexa

@santula @santula

Escandalosa y manejable. Así opera la Justicia paraguaya para bailar al compás que le marca el poder de turno. El viernes, el medio para el cual trabajo desde el 2005 (Canal 13) fue sentenciado a restituir a una persona que pidió un permiso por 4 meses en el 2000 y apareció 8 años después. Sí, en el 2008, pidiendo ocupar de nuevo su lugar.

La mujer alega que al retornar fue destituida por un directivo que sin embargo según documentos de Migraciones no se encontraba en el país. El tribunal de segunda instancia (ya que en la primera la denuncia no prosperó) integrado por Santiago Brizuela, Ramón Insfrán Giménez y Víctor Caballero decidió no admitir esa prueba a pesar de su contundencia porque se le desmoronaba la farsa.

La persona en cuestión no es cualquier denunciante. Se llama Giselle Mousques y es la esposa de Darío Filártiga, vicepresidente de la ANR y principal asesor político de Horacio Cartes.

La mujer es conocida como “20%”, supuestamente por el porcentaje que pedía en los negociados en el Instituto de Previsión Social (IPS), cuando su marido fue titular de dicha institución durante el gobierno de Luis Ángel González Macchi, según publicaciones textuales del diario ABC Color.

Mousques tuvo que renunciar además al TSJE luego del escándalo por toda la parentela de Filártiga que fue encontrada cobrando jugosos salarios del Tribunal.

Entre esas personas se encontraba la esposa, quien incluso luego de su renuncia quiso seguir asistiendo a su oficina pero la orden del presidente del TSJE, en aquel entonces Alberto Ramírez Zambonini, fue que no la dejen entrar.

Luego de toda la presión ejercida desde el poder, usando este caso como shake permanente para tratar de frenar las críticas hacia el Gobierno, la CSJ integrada por Myriam Peña, leal a Cartes y los camaristas Carlos Escobar y Alejandrino Cuevas, decidió rechazar la inconstitucionalidad planteada ante semejante aberración por los abogados del medio.

El rechazo se dio sin tan siquiera estudiar el fondo de la cuestión. Ni un sastre hubiera terminado un traje tan a la medida como el Tribunal de Sentencia y la CSJ con resoluciones ajustadas a los intereses del poder y lejos de toda lógica.

Así se maneja el poder. A tener cuidado que con este precedente, 10 años después cualquiera que sea esposa de ministro o tenga algún padrino podría presentarse diciendo que acabó su licencia y está de regreso. Para consumar algo tan descabellado solo hace falta un tribunal obediente o una Corte genuflexa.