El anuncio de la visita del Papa le restó protagonismo pero no pudo disimular su rutina ni su bullicioso movimiento. Las elecciones están haciendo fila detrás del papa Francisco y la oferta es variada y huele mal. En todos los barrios hay organizaciones, reuniones y siempre con un mismo perfil: los jóvenes, esos que son usados en su buena fe por políticos corruptos e inescrupulosos que les prometen trabajo y solo los explotan. Los veo reunirse y salir a hacer política.
Recorrer las calles e idolatrar al candidato fanatizándose hasta el cansancio con las ilusiones intactas y la necesidad a flor de piel. Muchos solo van a conseguir promesas. Los otros algún puesto pasajero por el cual deberán pagar un porcentaje.
Solo algunos de ellos lograrán un trabajo seguro por el cual deberán rendir pleitesias y fidelidad al candidato. Unos desplazarán a otros y muchos se beneficiarán del partido con el dinero que al final pagamos todos. Esa es la realidad.
La mala administración de la política agranda el aparato estatal y lo sume en la ineficiencia y la burocracia. Por eso, cuando un ciudadano común tiene un problema, con la factura de electricidad por ejemplo, debe recorrer oficinas y hablar con gente que no entiende de lo que estamos hablando, o ni siquiera le importa porque solo cumple un horario como recompensa del trabajo político que le fue encomendado.
Sucede con más frecuencia de la que imaginamos. Ocupa más espacio del que pensamos. No nos ayuda a construir una sociedad justa. Justa con los jóvenes que estudian y se capacitan. Una sociedad justa con la ciudadanía que paga impuestos y recibe engaños.
Hoy, cuando te prepares a salir para apoyar al político de turno meditá en qué es lo que te conviene; cuál es el país de tus sueños. Y si pensás que vas por buen camino hacelo con gusto. Pero si lo hacés por un puesto de trabajo replanteate tu apoyo e invertí tu tiempo en quien lo necesite. Alguien dijo una vez que lo único que no tiene retorno es precisamente el tiempo. No permitas que te conviertan en UN JOVEN DESCARTABLE.