Su actitud fue la de un niño de 7 años cuando la mamá lo reprende y amenaza con un coscorrón si no hace la tarea.
Bartola Fernández, concejala de Presidente Franco, fue hasta el Hospital Regional de Ciudad del Este, donde el presidente asistió para el lanzamiento (tardío, por cierto) de la campaña de lucha contra el dengue en esa parte del país, para exigir medicamentos y otras cuestiones para su comunidad.
“Acá muere gente día a día por tantas necesidades. Está separado el pueblo de su gobierno, señor Marito. Hay un divorcio entre su gobierno y el pueblo y si usted se divorcia del pueblo y sus necesidades, usted no va a cumplir sus cinco años de gobierno”, reclamó la edil.
La respuesta del mandatario, en tono de burla, fue: “¿Me vas a echar?, ¡uy!, qué miedo tengo, señora”, frotándose las manos con sorna, reaccionando como lo que es: un niño rico, heredero de una fortuna mal habida.
Desde que asumió no ha hecho nada más que reforzar su figura inmadura. Como subirse ridículamente a manejar camiones o tanques para demostrar que es “de la gente”.
Estamos en una crisis nacional y al parecer Mario Abdo no tiene mucha idea de lo que se está viviendo. Tres bebés murieron por falta de terapia intensiva en Itapúa esta semana. Acceso a salud, uno de los reclamos de Bartola. Y otras miles de personas afectadas por la crecida del río sin ninguna respuesta oportuna del gobierno.
“¡Uy!, qué miedo tengo”. Que miedo tengo yo de que los pedazos que quedan de este maltratado país terminen por acabarse. Sin medicamentos, sin acceso a educación, ¡sin ninguna política pública de hecho!
Aunque el Paraguay comenzó perdiendo esta batalla cuando olvidó de dónde salió su actual presidente. Cuando olvidamos a las víctimas de la dictadura y se volvió a votar por los de siempre.