25 abr. 2024

El infaltable moquete en la fiesta de Año Nuevo

@gabi_zbaez @gabi_zbaez

En las redes sociales se viralizó ayer el video de un moquete “jefe” durante una fiesta de Año Nuevo en un local de Asunción. Por si no lo vieron, era un grupo de muchachitos, en su mayoría vestidos de blanco, que después de varios tragos se agarró a los golpes al son del reguetón que sonaba de fondo.

Al mismo tiempo, en otra farra findeañera, dos chicas vestidas de gala se estiraban “finamente” de los pelos, mientras otros intentaban separarlas. Tristes imágenes que suelen darse cada tanto y que siempre corren como reguero de pólvora de teléfono en teléfono.

Esta actitud entre los jóvenes se ha vuelto común últimamente, a tal punto de que ya nos parece normal y hasta gracioso. El año pasado también se hizo muy conocida la pelea entre varios adolescentes al salir de una fiesta en Veranda, obligando a la Policía a hacer disparos intimidatorios por la dimensión de la gresca que se armó.

No faltó el que defendía su conservadora y se sentaba a mirar cómo los demás solucionaban sus problemas a trompadas. También hubo otros videos, todos simpáticos hasta que nos ponemos a analizar las cosas de fondo.

Esta es una muestra clara de que muchos (porque no son todos) miembros de “la nueva generación” están fuera de control, optan siempre por la violencia y se preocupan por cosas tan veniales como la farra, la cerveza o la demostración de autoridad. ¡Es el primer día del año!, razón suficiente para que la celebración sea pacífica, rodeada de familiares y amigos. Pero para muchos el inicio de año no tiene sentido si no protagonizan alguna pelea.

El papa Francisco dijo “Hagan lío”, pero no se refería a este tipo de líos, sino más bien a las revoluciones sanas que dirigen a la meta de una nación libre y democrática. Vamos a farrear, pero evitando llegar a los extremos.

Podemos divertirnos sin moquetearnos, sin tomar hasta más no poder o hacer el ridículo. Después nos graban y nos volvemos la burla en el WhatsApp, unos cinco minutos de fama de los que no deberíamos estar orgullosos.