
Nadie sabe a ciencia cierta del porqué el crack es llamado “chespi” y los adictos llamados “chespiritos”, pero lo que todos sabemos es que están en todas partes. Según el Ministerio de Salud el crack es la droga más consumida en el Paraguay. El crack es altamente adictivo y es de fácil acceso, se puede encontrar en cualquier lugar a un precio que oscila los G. 5.000. La venta de esta droga se ha vuelto muy popular por las ganancias que deja y el nulo control.
Sin exagerar, en cada barrio opera por lo menos un microtraficante, principalmente en los lugares más humildes. Comercializar crack se convirtió en una manera fácil de ganar dinero y lamentablemente las personas de escasos recursos ven el “chespi” como un buen negocio, que le dejará un buen dinero, debido a que sus clientes no pueden evitar ser compradores compulsivos.
Los adictos conocidos en la calle como “los chespiritos”, generalmente adolescentes, no solo se autodestruyen, sus problemas también afectan a toda la población, habitualmente vemos en las noticias que detrás de un asalto callejero casi siempre está un “chespirito”.
La ciudadanía entiende que los verdaderos enemigos son los proveedores y que deben ser alejado de sus barrios, un ejemplo de esto es lo que ocurrió en el barrio San Antonio, de Trinidad, en donde un grupo de vecinos cansados de los asaltos y de que la Policía no haga nada tomó al toro por las astas y desalojaron a una familia acusada de vender “chespi”.
Como apuntamos más arriba y como todos sabemos los microtraficantes están en todas partes y la ciudadanía ya está harta de los asaltos y de ver destruidos a los jóvenes, tarde o temprano se hará justicia por mano propia de forma masiva.
“El chespi” es un mal que desatará una guerra en las calles entre los microtraficantes y la ciudadanía, que dejará más víctimas que lamentar si las cabezas de la Policía Nacional, la Fiscalía y la Senad siguen mirando de forma cómplice y pasiva lo ocurre.