15 dic. 2024

#Educación prohibida

@diegopyo @diegopyo

Así se llama el documental, que por recomendación del profesor Hugo Tintel, del Instituto Superior de Educación, vi estos días. Ideal para la autocrítica del docente. Por su contenido, me recordó a Procusto de la antigua Grecia.

¿Procusto? Era un posadero. A todos los que llegaban a su casa les ofrecía una cama de hierro. Cuando el viajero dormía, lo ataba a las cuatro esquinas. Si al desdichado le quedaba chica la cama, Procusto le cortaba las partes de su cuerpo que sobresalían, pero si al huésped le quedaba grande la cama, le estiraba las piernas y brazos, hasta ajustarlo a la cama.

Esta historia vale para graficar lo que transmite “La Educación Prohibida”, más aún cuando se corta la cabeza o los pies de quien sobresale. Tiene aspectos que, al menos por ahora, son utópicos; y propuestas a rescatar para aplicarlas a nuestro sistema. El audiovisual hace cuestionamientos de las formas tradicionales de la educación moderna, el modo de comprender las cosas, planteando una nueva forma de hacer educación.

Propone una transformación. Asegura que la realidad no solo debe ser entendida, sino transformada. Hace una fuerte crítica calificando a las escuelas como un “espacio de aburrimiento” y a los docentes como un “tablero dictando clases”.

Afirma que cuando fracasa un alumno, fracasa el sistema; que cuando el conocimiento va cambiando, el sistema educativo no le sigue el ritmo. Llega al punto de recomendar “educación sin escuelas o escuelas sin murallas”.

Sin embargo, este video proyecta un estilo pedagógico en el que los alumnos logran recordar más lo que hacen y ponen en práctica, que aquellos que están obligados a aprender de memoria. El documental orienta a que no debe existir ninguna autoridad que corte la libertad del alumno, como lo hacía el funesto Procusto en la mitología griega, y que solamente se debe alimentar la creatividad ilimitada del niño o joven.

Los maestros de hoy se convierten en ese Procusto, si no saben promover el talento del estudiante proactivo. Sin embargo, si logran administrar esa creatividad, en vez de limitarla a la medida indicada del plan educativo, habrán conseguido un hombre libre capaz de servir a la sociedad.