“Violento asalto a un local de cobranzas de Capiatá”. “Asaltan a una mujer con una beba en brazos en Villa Elisa”. “Mujer es apuñalada durante intento de asalto en parada de bus”. “Quiso perseguir al que le robó y cayó del micro”. “Terrible asalto sufrieron dos mujeres en Fernando de la Mora”.
Los títulos de Última Hora y EXTRA de los dos últimos días asustan, pero reflejan el carnaval de inseguridad que hay en las calles. No importa dónde ni a qué hora. Los malparidos que te apuntan con un revólver o te aprietan con un cuchillo para que les entregues dinero o el celular hacen lo que se les antoja. ¿La Policía? Ni sus agentes se salvan: la semana pasada mataron a tiros a un efectivo en Villa Morra, durante un asalto, y a otros dos en Ciudad del Este, cuando iban a registrar un vehículo.
Altos índices de pobreza, castigos blandos a criminales, pésimo sistema judicial, impunidad, falta de oportunidades, cárceles inhumanas, nula política de reinserción social. Puede haber montón de causas o factores que inciden, pero lo cierto y lo concreto es que estamos viviendo en una sociedad donde se salvan los que pueden nomás. El resto sobrevive por azar o por milagro. Y si a eso le sumamos que tenemos luego un Estado ausente y un presidente que comete más errores que Berizzo, el resultado es un panorama desalentador.