Nos escandalizamos. Pero no es un problema nuevo. Es terrible y va en aumento. Es una realidad que la mayoría ignora, otros tapan y muchos callan. Trasciende al tiempo…y sobrevive. 1 de cada 20 mujeres fue víctima de sexo forzado cuando era menor de 10 años, y la mayoría de los casos se dan en el entorno familiar.
Los abusos sexuales a niños se triplicaron en los últimos años. Las denuncias pasaron de 788 en 2005 a 2.298 en 2010, según documentaba el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef). Un aumento de casos descontrolado y progresivo.
La violación sexual es quizás la forma más repugnante de violencia contra los niños. Cuando publicamos casos de violación sexual de niños no son solo estadísticas. Es un golpe que nos está recordando que todos fallamos en algo. Los números solo ratifican eso que escondemos. Según UNICEF, el 20% de los nacimientos en el país corresponden a madres adolescentes y el 4% de estas niñas madres tienen entre 10 y 14 años… en otras palabras, de todos los partos que se dan en el país, dos corresponden a niñas.
En las conclusiones finales, la organización internacional afirmaba: “En Paraguay existe cierta tolerancia o permisividad hacia el abuso sexual y la trata de personas, delitos que afectan mayoritariamente a jóvenes del sexo femenino” Es una mala señal.
El caso que nos horroriza solo es la punta del iceberg. Para los más controversiales debería aplicarse el aborto a estas niñas a fin de salvaguardar su vida. Para los religiosos el aborto está condenado. Y para los médicos la evaluación de la salud determinará qué camino seguir. Pero la raíz del problema seguirá allí.
No soy experto, pero creo que la solución debería venir primero de la casa. Luego debería mirarse hacia las políticas educativas. La sociedad debería denunciar y la justicia simplemente debería hacer su trabajo y condenar con firmeza el abuso.
Muchos dirán que es fácil decirlo o escribirlo en un papel, pero ponerlo en práctica deberá aglutinar un compromiso social. Eso es lo difícil. De todas maneras por algo deberíamos comenzar.