19 abr. 2024

Cuando las mandarinas ajenas son una mala idea

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Mariano Nin - @marianonin1


La polémica copó las redes sociales y saltó a los medios de comunicación. La historia es conocida, pero reveló una vez más lo lejos que estamos de interpretar con objetividad lo que consumimos en Internet.

Primero se dijo que hombres armados habían ingresado a la casa de un conocido político y que incluso hubo un intercambio de disparos. Luego, la foto de un niño esposado y exhibido como un trofeo policial despertaba, como siempre, un sinfín de opiniones.


La policía hizo su trabajo. Lo malo estuvo en esposarlo y mostrarlo como un delincuente común”


El precoz delincuente, resultó no ser un delincuente, al menos en esta ocasión. Tomó la mala idea de entrar a sacar mandarinas en una propiedad privada, algo ilegal pero inocente. El chico admitió que entró a la casa para sacar frutas y venderlas para comprarle un regalo a su madre. Una declaración que conmovía a más de uno en un día de especial emoción.

Una vez más los medios condenaron a un menor y lo mostraron con el botín en una deslucida mochila. Limones y mandarinas por el suelo revelaban lo mal que estamos como sociedad.

Recuerdo que cuando era niño entrábamos a “robar” uvas de la casa de un vecino, que siempre nos perseguía con una escoba. No fue el inicio de mi carrera delictiva. Me gustaba nomás sentarme a comer uvas en la calle. En esa época el crimen todavía no obligaba a matar a un niño que entra a tu casa. Y la policía nunca hubiese actuado para impedir “tal delito.”

Hoy las cosas cambiaron, pero a veces la mentalidad de un niño sigue siendo la de un niño y el peligro no es más que una aventura.

La policía hizo su trabajo. Lo malo estuvo en esposarlo y mostrarlo como un delincuente común. Los medios volvimos a caer en la trampa que nosotros mismos armamos y difundimos “la noticia.” Los políticos aprovecharon para hacer su show. Todo lo que sea mediático siempre da buenos resultados y ellos lo saben. Hubo perdón y fotos para la prensa.

También hubo una promesa, y eso en verdad sería lo bueno de todo lo malo. La “FUNDACIÓN MANDARINA” podría ayudar a miles jóvenes despistados, obligados o mal aconsejados… o partiendo de los antecedentes de nuestros políticos, podría quedar en otra gran mentira, que sería algo así como la kuriju que años atrás se comió a un humilde campesino… pero claro, esa es otra historia.