La realidad sin duda supera a la ficción. Todos los que sorprendidos seguíamos la secuencia del asesino infiltrándose en una sala de hospital para asfixiar a alguien en una serie o novela, quedamos sin palabras al saber que en Paraguay sucede eso mismo a diario.
Un equipo de AAM pudo comprobar que los mecanismos de control más que vulnerables, directamente no existen. El año pasado en apenas 48 horas logramos que un productor del programa se convierta en enfermero, evidenciando el peligro al que todos estamos expuestos.
La fiscalía hasta hoy nada pudo hacer para castigar a los responsables. Mientras la justicia continúa ciega logramos algo todavía más grave: meter a un productor al Hospital Nacional como médico residente. Cuando pensamos que eso era lo más preocupante, nuestro infiltrado constató y logró grabar criminales prácticas como por ejemplo la utilización de anestésicos que hoy por hoy ya no son indicados ni en veterinaria por sus efectos adversos. Por si esto fuera poco, los anestésicos vencieron hace más de un año.
Las actas del hospital revelan que novatos dejados a cargo de muy delicados procedimientos anestésicos ante la ausencia de los jefes se declaraban incapaces de realizarlos. Horas después pacientes morían por complicaciones varias.
De no haberlo visto, el relato podría resultar fantasioso y propio de un guión de Tarantino, pero es la pura verdad. En Paraguay nadie tiene garantías. La salud, lo más delicado que podemos tener se encuentra abandonada hace años. Los mismos ministros que han denunciado lotes y lotes de medicamentos vencidos son los siguieron utilizándolos.
La vida está en juego y esto es algo que hay que solucionarlo de manera urgente. Mientras tenemos al Presidente ocupado en hacer campaña electoral en internas coloradas hay gente que muere en los hospitales debido a la utilización de medicamentos que ni siquiera son tolerados por animales y encima se utilizan vencidos. Hagan algo de inmediato. Reaccionen y dejen de permitir que siga muriendo gente por la desidia criminal.