Semana difícil: el invierno se fue con 40 grados y para no ser menos, la primavera comenzó de la misma manera. En la UNA también hay calores, pero no por el clima: calentura de adentro, reprimida, vieja, silenciosa, que estalló por la soberbia de un dirigente desprestigiado y (casi) sin ningún apoyo; para rematarla, prefirió desaparecer y dejar a sus colegas en un mar de jóvenes reclamando su renuncia. Como frutillita del postre, dejar sin agua y sin luz con temperaturas de 40 grados a tanta gente es algo muy parecido a un crimen.
En medio de todo eso, gente y empresas llevando agua, hielo y comida a los jóvenes, muestra de apoyo más que tangible. La sociedad que se moviliza en apoyo a los jóvenes, señal indicativa que ya se han pasado todos los límites.
En su aniversario la UNA parece estar en un momento histórico: ¿estaremos asistiendo a un cambio radical en la administración de la entidad?, ¿ese cambio se reflejará en otros sectores? Habrá que esperar. Reconozcámosle un mérito al huidizo rector: ha logrado que todos se unan.
¿Y dónde está Froilán? Rumores van y vienen, algunos que dicen que se fue a Brasil. ¿Será? Mientras tanto, los estudiantes secundarios se reunieron con la ministra de Educación; con todo respeto, mucho ruido y pocas nueces. Reunión de diagnóstico, promesa de otra reunión, declaraciones reafirmando que no hay plata, declaraciones de buenas intenciones, declaraciones del ministro de Hacienda diciendo que para dar más hay que recaudar más y administrar mejor lo que se tiene… en fin, ya vimos esta película… muchas veces... queda feo decirlo, pero en el país de los diagnósticos, estamos podridos de diagnósticos.
En el norte, un nuevo ataque del EPP… muchos anotan la notoria y curiosa coincidencia: los ataques del grupo siempre son cuando hay un tema jodido para la clase política… casualidades seguramente. Basta por hoy y a buscar el paraguas, que anuncian lluvias para el finde.
¿Y dónde está Froilán?