26 may. 2024

Aprender a decir gracias

El ser humano vive en constante queja, muy pocos sienten que se encuentran en una plenitud y de que no tienen esa necesidad de pedir más y simplemente dar gracias. ¿Somos las personas barriles sin fondos en busca siempre de algo más?

Cuando nos cruzamos con algún conocido preguntamos cómo estás y es como si fuera costumbre decir “y ahí estamos en la lucha”, dando entender que uno se encuentra en una constante batalla que por lo tanto la satisfacción se encuentra lejos.

Muchas veces estamos acostumbrados a pedir y pedir a la vida, a Dios, todos nuestros posibles deseos que nos harían vivir una vida satisfecha, pocos son aquellos que sienten esa gratitud a la vida, disfrutando de lo que tiene mientras espera lo que desea.

Ante todo, para vivir más satisfechos, debemos aprender a dar las gracias. Hay dos clases de gratitud: la condicional y la incondicional. La primera consiste en sentirse bien cuando las cosas salen como uno espera. Como no siempre es así, acaba siendo una emoción esquiva y poco duradera. La segunda consiste en una actitud y un hábito de vida, sentirse bien sin que haya ocurrido nada especial; es decir: estar agradecido por todo y por nada a la vez. Y al no estar condicionada por ningún otro acontecimiento, esta actitud es la precursora de la felicidad y el éxito personal en la vida.