Con varias heridas en las piernas y los brazos terminó una yuyera con discapacidad tras caer en las estriberas de la puerta trasera de la Línea 58 y arrastrara sus piernas por varias cuadras, ya que el chofer no frenaba. Según el relato del hijo de la doña, esto ocurrió cuando ella iba del Mercado de San Lorenzo a su casa.
La trabajadora es una persona sorda, por lo que le fue aún más difícil pedir socorro, a pesar de que sus piernas estaban siendo arrastradas y golpeadas por el asfalto.
“Está es mi mamá, una señora humilde de capacidad diferente (sorda) que se dedicaba a vender remedios yuyos para tereré en una esquina de Capiatá para llevar el sustento diario a su casa, pues viven ella y mi hermanita de 8 años, el pasado 10 de enero cuando volvía del mercado de san Lorenzo y se disponía a bajarse de un Ómnibus de la LÍNEA 58, el chófer hace un giro brusco y ella cae en la gradas del colectivo, cae sentada, se golpea la cadera, cabe recalcar que las puertas del mismo estaban abiertas en todo momento, sus pies se arrastraron por 4 cuadras”, relató Nando Toledo, el hijo.
Señaló que el chofer paró luego de unas cuantas cuadras, llevó a la mujer al hospital donde, según el hijo, tampoco fue atendida bien. La empresa le compró solo 1 medicamento, por lo que los familiares de la doña piden una indemnización por los días que la mujer no pudo trabajar por el dolor a raíz de los golpes.
Aparentemente el dueño de la empresa de transporte implicada es el ingeniero Roberto Jiménez, concejal de Capiatá.