Ayer se realizó la procesión del “Kurusu San Roque”.
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Como cada primer domingo de septiembre, a tempranas horas el “Kurusu San Roque” partió de su capilla ubicada en la compañía Peguajhó para visitar la casa de los devotos yaguaroninos. La tradicional procesión estuvo acompañada de los fieles “kamba”, quienes pagaron sus promesas al considerado segundo patrono de la ciudad.
Uno de los fervorosos creyentes fue Isidro Denis Olmedo, quien caminó 4 kilómetros vestido con una tela negra y una máscara. “Le pedí a San Roque por mi mamá, ella tiene insuficiencia cardiaca y pulmonar. Del segundo ya logró sanar completamente y ahora falta el problema de su corazón nomás ya”, contó. El joven no dudó y cubrió su rostro y cuerpo en homenaje a su santo patrono para agradecerle por el milagro. Al igual que Denis, muchos otros promeseros con coloridos atuendos cumplieron con lo pactado a los pies de la cruz.
Historia
La costumbre de vestirse de kamba data del siglo XX, cuando los afrodescendientes realizaban sus rituales en un lugar que no debía ser ocupado por ninguna divinidad. Fernando Díaz, promotor cultural de la zona, contó que el sitio donde actualmente se encuentra la capilla fue elegido para dicho culto.
Los lugareños también cuentan que el bastón del santo patrono de la primera iglesia primitiva de la ciudad, San Roque, se rompió en tres partes que fueron entregadas a tres mujeres. Las feligreses tallaron tres cruces a partir de la madera y una de ellas es la que recorre y es venerada en la comunidad de Peguajhó.