A medida que pasan los días, mayor es la angustia por saber qué es lo que contiene la caja de hormigón desenterrada hace unos días en un camino vecinal de Minga Guazú.
Confiados en que es un tesoro enterrado y que les pertenece, los lugareños se reunieron ayer para censarse. Cada jefe de familia se aseguró de recibir igual porción del oro encontrado que presumen sería de unos 2.000 kilos.
Sin embargo, la Fiscalía sospecha que en lugar de un tesoro, en la caja se encuentran basuras electrónicas como pilas y baterías que emiten radiación.
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“Lo que se hizo fue la medición de la zona porque podría haber radioactividad. Ese perímetro está clausurado para resguardar la seguridad de los vecinos. Les instamos a que no se acerquen al lugar, mientras que no tengamos el resultado”, señaló el fiscal Adolfo Santander.
Toda la excavación que se realizó con tractores quedó interrumpida y bajo custodia policial hasta que se determine si afecta o no al medio ambiente lo encontrado.