En medio de la crisis económica, hay prestamistas o usureros que se pasan de la raya. Un joven denunció en un grupo de Facebook que su usurera cambió los números de su pagaré porque se atrasó en la cuota.
“Ella le agrega un número 1 y ahora figura 1.600.000 (en vez de G. 600.000). ¿A dónde voy?”, preguntó en las redes.
Al ser abordado por EXTRA, el joven prefirió no hablar del tema. Sin embargo, su posteo causó un centenar de comentarios.
“Hablá bien con ella y ve de qué manera podés pagarle, por lo menos de a 50 mil. La intención de pago es lo que importa”, le dijo Norma Portillo.
“Famoso paraguayito. Empieza a trabajar en algo y debe a usureros, habiendo varios bancos en plaza”, indicó Aldo Rodríguez.
Según se puede observar en la foto del pagaré que compartió el afectado, él no se aseguró de que se complete en letras los “seiscientos mil” guaraníes que le debía. Entonces, prácticamente le entregó un cheque en blanco a la mujer.
Otra práctica de los usureros es apropiarse de la tarjeta donde se cobra el salario. Retiran primero lo que se les deben y después devuelven al dueño.
También operan sin regulaciones con altas tasas de interés y multas siderales en caso de que se atrasen.
Sin créditos
Las trabajadoras domésticas son uno de los grupos que no consiguen préstamos en las financieras ni bancos.
“Escuché que a una le dijeron que no les permite su política de la empresa”, dijo Marciana Santander, del Sindicato de Domésticas.
Afirmó que la causa puede ser el poco salario que tienen. Considera como algo injusto porque es algo que les puede ayudar en su situación.
“Queremos comprarle a nuestros hijos un nuevo uniforme o nueva ropa como todos, o queremos regalarles algunas cositas o mejorar nuestra vivienda”, aseguró.
Cambian de número
Con tal de no pagar sus deudas, muchos cambian de número de teléfono. Así se salvan de los constantes reclamos.
“La herramienta que utilizamos para evitar eso es ir hasta el domicilio”, afirmó David Fernández, quien encabeza una empresa que recupera documentos y préstamos. Afirmó que otra estrategia muy común es mandar decir que se fueron a Argentina o al interior a trabajar.
“Si te vas una vez y te dicen que no está, que está en su trabajo, le dice cuándo puede volver y así le tiene, en ese caso el cobrador ya no pasa más y queda el documento pendiente de pago”, dijo. Observó que en muchos casos se negocia la cuota.
“La raíz de todos los males es la educación financiera. Adeudan aquí y allá por el consumismo, hoy me sale un celular, no porque me sea útil, sino por el estatus que me da. Empieza una, dos cuotas, sin problemas, pero después hay gastos ocasionales”, aseguró.