Niño de 8 años precisa de un trasplante cardíaco.
El pequeño Víctor Ramírez (8) dejó la compañía San Javier, Misiones, con la esperanza de cumplir un sueño. Pero no uno cualquiera, sino el de encontrar un donante de corazón y tener la oportunidad de seguir jugando a lo que le apasiona: el fútbol. Cambió los botines y los días de práctica por la cama del hospital.
El niño sufre de insuficiencia cardíaca severa y está internado desde marzo en el Pediátrico Acosta Ñu. En junio formó parte de la lista de espera, en busca de un donante. El martes le colocaron un implante porque su corazón funcionaba solo al 13%. La cirugía fue un éxito: estuvo a cargo del doctor Marcos Melgarejo.
Según el equipo médico que lo atiende, es urgente hacer el trasplante porque no es bueno que pase mucho tiempo internado. "Él (por Víctor) se quiere curar, no consume nada de sal. Sabe bien todo lo que le pasa y me dijo que cuando sea grande quiere ser doctor, para salvar vidas”, dijo su mamá, Rosalía Martínez. El niño dejó en claro a sus familiares que no puede consumir comidas saladas, pero admitió que a veces quiere probar la rica polenta que le preparaba su mamá. Rosalía no se rinde y saca fuerzas de donde sea. “Rezo todas las noches para que aparezca un donante para mi hijo”, reveló.