Valentina Luján, Luis Adrián y Luis Andrés González Paiva, celebraron ayer sus 15 años.
Un momento muy especial para la familia porque consideran que su nacimiento fue prácticamente un milagro luego de haber nacido a los 7 meses de gestación.
Para doña Delia Paiva, oriunda del departamento de Itapúa, haber logrado embarazarse fue una respuesta de Dios a sus oraciones, ya que con su esposo lo buscaron durante años, pero enterarse de que más de un bebé estaba en camino, fue una enorme sorpresa.
“Nosotros habíamos perdido dos hijos antes. Entonces nos daba miedo volver a intentar. Cuando fuimos a hacer el control en el hospital, me dijo que había 4 bebés. Yo no pude asimilar en ese momento”, comentó.
Relató que desde el principio, el doctor le advirtió que no todos los bebés iban a sobrevivir porque el espacio era muy pequeño para que todos se desarrollen bien y que lastimosamente volvería a perder a uno de ellos.
“Después de haber perdido al 4to bebé, el resto de mi embarazo fue muy normal. Recién cuando tuve 33 semanas fue que el parto se adelantó porque tuve presión alta en los últimos meses. Fue un momento complicado porque después tuve que estar 8 días intubada. La nena tuvo que internarse 30 días porque fue la que nació con menos peso, no tenía ni dos kilos”, señaló.
Sacrificio
Manifestó que luego de pasar varios días en un hospital privado de Encarnación, fue al llegar a su casa cuando asimiló que tenía nada más y nada menos que tres bebés en sus brazos.
“Yo tuve que dejar mi trabajo como docente durante un tiempo para poder cuidar de mis hijos. Incluso tuvimos que pagar dos niñeras para que me ayuden. Fue un desafío muy grande porque el gasto también es grande, pero con el paso del tiempo se acomodó todo y ahora estamos más que contentos.”, mencionó.
Agregó que ellos son la alegría de la casa, y sienten que fueron recompensados por las pérdidas que sufrieron varios años atrás. “Mi familia es católica y le agradecemos a la Virgen de Caacupé por habernos dado tres hijos lindos y sanos, que es lo que importa”, expresó.
Complicidad
Explicó que, pese a que los tres tienen personalidades muy distintas, son muy unidos.
Los tres comparten la misma pasión por la danza y en sus tiempos libres después del colegio, van a una academia de baile para practicar.
“Adrián es el más charlatán, Andrés es un poco más serio pero Valentina es la más viva y la que les manda a los dos.”
Resaltó que lo que más les caracteriza es la complicidad entre ellos y que ante cualquier travesura, siempre salen al paso a defenderse unos a otros.
Pese a todos los desafíos, la familia González está más unida que nunca, recordando que desde el 2 de octubre del 2009 tienen tres motivos para festejar. Algo que esperaron durante 6 largos años. “Nos hubiese gustado hacer una fiesta más grande, pero por cuestiones económicas, decidimos hacer algo más íntimo y en familia”, finalizó.