Entre los más de 800 casos de desapariciones registrados en los últimos meses, figuraba el nombre de María Fernanda Benítez, una estudiante de 17 años que pasó a formar parte de esta alarmante estadística.
El lunes 26 de mayo, María Fernanda salió de su casa, ubicada en el barrio Conavi de Coronel Oviedo. Eran alrededor de las 10 de la mañana. Le dijo a su familia que iba a realizar un trabajo práctico del colegio. Desde ese momento, nunca más volvió. Su teléfono celular estaba apagado.
Desesperados, sus padres denunciaron que la chica no volvía. Pasaron los días sin novedades.
En la fría noche del sábado, su cuerpo sin vida fue hallado entre ramas y basura en un terreno baldío, justo frente a la casa de su supuesto novio. María Fernanda fue incinerada en el mismo lugar donde la encontraron.
Sin embargo, como si su alma clamase justicia y el derecho a una sepultura digna, el cuerpo no llegó a consumirse por completo.
La investigación apunta al novio —también compañero de colegio— y a los padres del joven. En medio de esta trágica historia, aparecen implicados además los encargados de una conocida farmacia del pueblo, señalada por prácticas clandestinas de aborto.
La principal hipótesis de los investigadores es que los padres del muchacho habrían obligado a la menor a interrumpir un supuesto embarazo, y que durante el procedimiento, ella perdió la vida.
María Fernanda cursaba el segundo año en el Colegio Nacional Dr. Pedro P. Peña. Sus amigas más cercanas brindaron detalles claves a los investigadores, lo que permitió allanar, la noche del viernes, la farmacia Padifa.
Todo se manejó con total hermetismo para cerrar los cabos sueltos. En ese lugar se encontraron datos alarmantes. La Fiscalía tiene bajo la lupa a los padres del novio. La madre es docente, y el padre, funcionario del sistema penitenciario.
Según informó la fiscal Gladys Torales, el adolescente se presentó en la comisaría acompañado de un abogado el sábado al anochecer. En un principio negó su implicancia, pero cayó en contradicciones hasta que finalmente confesó el lugar donde se encontraba el cuerpo: un baldío frente a su casa, en el barrio Villa del Maestro.
Hasta allí acudieron los agentes y encontraron el cadáver incinerado de María Fernanda. Tras el hallazgo y la detención novio, la fiscal ordenó el traslado del cuerpo al Hospital General de Coronel Oviedo y, posteriormente, a la morgue forense, donde se realizará la autopsia para determinar las causas reales del fallecimiento, informó Robert Figueredo.
Los familiares de María Fernanda cuestionan la actuación de la fiscal Torales, a quien acusan de inacción, ya que —según ellos— contaba con datos y evidencias suficientes de que la adolescente estaba en la casa de su novio, pero no ordenó un allanamiento a tiempo.