15 dic. 2024

Soldados hacen su bautismo y confirmación en las FF. AA.

Es la época del año en que hacen todas estas celebraciones. Evangélicos dicen tener cada vez más fuerza, aparte de los católicos.

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Los soldados fueron bautizados con sus uniformes y una pileta que hacía juego con los atuendos. Gentileza.

En una pelopincho llena de agua y con sus uniformes, 12 soldados fueron sumergidos con la ayuda de un pastor, en un ritual de bautismo en el Regimiento Escolta Presidencial el pasado martes. Así pasaron a ser nuevos cristianos evangélicos.

Según la encargada de prensa de la Capellanía Nacional Evangélica de las Fuerzas Armadas, Wilma Colmán Vda. de Gauto, cada año crece el número de bautizados en las filas militares, desde los soldados hasta los más altos rangos.

El proceso para bautizarse consiste en un año de estudios bíblicos y cultos semanales. Una vez que se bautizan, los pastores buscan a los soldados los templos que estén cerca de sus casas, afirma Colmán.

En tanto, 49 soldados del Comando de Fuerzas Militares, del Regimiento Escolta Presidencial y del Ministerio de Defensa Nacional hicieron el sacramento de la confirmación de la Iglesia católica el miércoles.

Una tradición

La Constitución de la República del Paraguay reconoce la libertad religiosa, de culto y la ideológica, pero no tiene una religión oficial. Sin embargo, hasta ahora están muy institucionalizados los cultos religiosos en las FF. AA., sobre todo los de la Iglesia católica, y desde hace unos siete años los de las iglesias evangélicas.

El padre Ernando Bazán, capellán de la Fuerza Aérea, explica que existe un convenio entre la Santa Sede y el Estado paraguayo por el que la Iglesia católica brinda asistencia espiritual a los militares y policías desde 1960, con el lema “Dios, Patria y Familia”.

El coronel Félix Aranda, director de Comunicación Social de las FF. AA., aclara: “Nosotros no nos inmiscuimos como Fuerzas Armadas en lo que es la religión”.

Bazán lamentó que algunos pastores que vienen de afuera a instruir a los soldados suelen avasallarlos, ya que prácticamente obligarían a muchos a participar del culto evangélico. Entre las autoridades no hay ese problema, afirma.