20 abr. 2024

Shakira, la cocinera del mejor so’o apu’a del Mercado 4

Mueve sus caderas, pero entre cacerolas y platos servidos. Creció en el comedor municipal y ahora tiene el local más popular.

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Ibes Barreto (izq.) y su hermana Cristina (der.)

Cuando Ibes Barreto era solo una niña ya ayudaba a su mamá a cocinar en el antiguo comedor del Mercado 4. Ahora es dueña del local Shakira, el más visitado.

Mucha gente llega a su negocio por curiosidad. Se sientan a comer y le preguntan: ¿En serio te llamás Shakira?

Ibes dijo a EXTRA que llamó así a su local porque era el apodo que puso a su hija. “Cuando era chica tenía el cabello claro y chará (despeinado), así como la cantante que estaba de moda. Ahora ella tiene 33 años y al final a mí me llaman Shakira”, señaló la cocinera entre risas.

Hace 47 años que Shakira y su hermana, Cristina, cocinan delicias en el mercado. El so’o apu’a (albóndigas de carne) y el tallarín son la especialidad de la casa.

No hay quien no las conozca por esos lares. Sobre todo por ser hijas de María Luisa viuda de Barreto (85), la cocinera más antigua del lugar, de quien aprendieron todo sobre la gastronomía.

Pero la popularidad no lo es todo. Para atraer clientes, Ibes tiene que salir del comedor, ubicado en la planta alta, y promocionar sus menús a gritos. De lo contrario, los clientes no llegan hasta ahí.

Las cocineras tienen un hermoso comedor, totalmente renovado y limpio, pero con una competencia desleal: los comedores clandestinos.

“En planta baja hay un montón de localcitos ilegales. Colocan una mesita y en brasero nomás hacen su comida. Es un problema para nosotros porque, como no pagan canon, sus comidas son más baratas”, lamentó la trabajadora.

Estos pequeños puestos son muy precarios y las doñas temen que, en cualquier momento, se produzca un incendio.

“Desconozco si la Dirección sabe de estos locales, pero necesitamos que intervengan”, dijo Barreto.

Día a día

Hasta hace unas semanas el local Shakira mantenía los precios de sus platos, pero no pudieron resistir los altos costos de la canasta básica.

“El precio de la carne y del gas es lo que más nos afecta. Todos nuestros platos subieron G. 2.000, es lo mínimo que podíamos aumentar”, expresó Ibes.

El medio plato cuesta G. 12.000 y el completo G. 17.000. Gracias a Dios, sus clientes comprendieron y siguen disfrutando de sus platos.

“El paraguayo es muy carnívoro, no se puede reemplazar la carne. Puchero, so’o apu’a, tallarín con carne o milanesas de carne son lo que más se pide”, detalló.

La señora recordó que hace unos meses su presupuesto diario para cocinar varios menús era G. 300.000. Ahora gasta G. 500.000 por los mismos ingredientes.

La cocina popular resiste a pesar de las dificultades.