15 dic. 2024

Se quedó sin trabajo y reventó su indemnización en el club D9

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Unas 2.000 personas (foto) se agolparon el pasado 21 de mayo al Centro de Convenciones de la Conmebol para escuchar a Danilo Santana, el mentor del sistema que captó “inversores” en todo el país y también en el exterior.

“Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”. Este refrán se puede aplicar a lo que prometía ser el negocio del siglo que arrasó en varias partes del mundo y, por supuesto, en nuestro país.

Fabio Álvarez (24 años, nombre ficticio) se califica a sí mismo como un “emprendedor”. Siempre quiso generar un dinero extra para mantener a su familia. Hace tres meses se quedó sin trabajo y escuchó hablar de “D9”, donde le prometían hasta el 300% de lo invertido. “No tenés que hacer nada”, le decían. Se jugó por invertir un poco de su liquidación, en una de las acciones de la “gallina de los huevos de oro”.

https://twitter.com/LuisBareiro/status/890374908160638977

Llegó tarde

“Si uno entra primero, puede ganar y, si llega tarde, pierde. Lo que hay que hacer es saber cuándo está en sus inicios. Los que estuvieron hace 8 meses atrás, se hicieron de plata. No creo que puedan reclamar, siendo que te piden G. 12 millones y salieron ganando G. 50 millones. Yo quería aprovechar también”, reveló el joven que, al igual que otros 30 mil paraguayos, está en la incertidumbre de qué pasará con su “inversión”.

https://twitter.com/Hugobie/status/890374630216785924

Se arriesgó a decir que el 90% de las personas que ingresaron a la plataforma hicieron préstamos, que ahora no saben cómo saldar. Otro de los perjudicados es “Norberto”, a quien en la pirámide de D9 denominan “líder”. Es la persona que invita a formar parte del negocio a familiares o amigos. Lo que se llama “Sistema Ponzi”, en donde ganan una cierta cantidad de puntos por llevar clientes, lo que se convierte en dólares.

Este líder se dio la gran vida en los últimos meses. Alquila un departamento en el barrio “Las Carmelitas”, de Asunción. En las últimas semanas, tuvo que ignorar las numerosas llamadas de reclamo de las personas a quienes metió en este sistema.