En la santería del pái Willson Matto, ubicada en el Mercado 4, las imágenes de San La Muerte y sus velas se vendieron muchísimo durante la pandemia.
Para el altar se compran especialmente las velas bicolores, mitad blancas y mitad negras. El experto asegura que el número de San La Muerte es el 9, por lo tanto se prenden nueve velas durante 9 días. Cuestan G. 12.000 ó G. 15.000, dependiendo del tamaño.
Recomiendan no hacer pedidos malos
La imagen preferida es la clásica, donde “San Esqueleto” está parado con una guadaña (herramienta para cortar yuyos) en la mano. Sin embargo, hace unos años se hizo popular la estatuilla donde aparece en un trono.
“El que está sentado es Exú Tata Caveira, guardián del cementerio. Digamos que es un primo hermano de San La Muerte”, expresó Matto. Las imágenes valen G. 60.000 y más. Matto asegura que la devoción creció. No solo por el repunte de ventas, sino por atendió a varios clientes afectados por los maliciosos pedidos al santo mortuorio.
Las hijas de Blanca, una comerciante de Asunción, le pidieron ayuda. Los médicos estudiaban un posible cáncer de amígdalas en la doña. En pocos días se formó una enorme bola detrás de su oreja. Willson fue a revisarla porque eso lo había visto antes. “Llevé el pororó preparado y las velas. Oré a San La Muerte, pedí que el mal vuelva a quien lo pidió. Esa noche pudo dormir sin dolor y ahora el bulto casi no se ve”, indicó. La señora le prende velas y ofrenda frutas. Cuando termine el novenario, Willson pasará un gallo blanco sobre el cuerpo de la doña. El animal absorberá el mal y luego morirá solo, asegura. Ofrendas comunes: clavel rojo, pororó, dulces, caña, cigarrillos.