Hace un mes, los vecinos de la calle Curupayty, de Ypacaraí, salieron corriendo con los pelos de punta ante un macabro hallazgo: un gato negro ahorcado por un árbol. Ayer frente a la misma casa encontraron la misma escena, pero esta vez colgaba por la reja.
Los lugareños aseguran que ambos gatos negros fueron sacrificados en un ritual de payé, un acto de brujería que hicieron contra una persona.
Tamara Delvalle, activista animalera, contó a EXTRA que existe una preocupación de los vecinos porque el segundo michi que está siendo sacrificado de una forma cruel por un conflicto familiar por una propiedad, un terreno de 12x30 con una casa.
“No se sabe quién es el que está haciendo, pero se está usando a los gatos como un ritual para ahuyentar o dar mala suerte a la persona que está viviendo ahí”, explicó la defensora de animales de la zona.
Según le contaron, el terreno sería de un abuelo y aparentemente la herencia es el motivo del conflicto.
“Se está usando como payé, de eso no hay duda”, comentó.
En la zona no tienen cámaras de circuito cerrado para ver quién fue el responsable, pero los vecinos aseguran que tomarán medidas.
Piden estar en alerta y cuidar a los gatos negros para que ya no sigan siendo sacrificados en estas ofrendas.
Justicia
Diana Camarasa, de la organización Olfateando Huellas, repudió el brutal asesinato de los dos michis y exigió justicia por el crimen. Lamentó la crueldad con el que se mató al inocente animal.