Todo comenzó con la queja de algunos usuarios del BNF: decían que no era posible usar sus tarjetas en los cajeros. Los lamentos fueron escuchadas por el guardia de seguridad, que los transmitió al gerente de la institución, Julio Torales. El gerente rápidamente llamó a un técnico para realizar la verificación correspondiente.
El profesional encontró pedazos de cartón en la ranura por donde ingresa la tarjeta. Además, en el teclado dejaron unas chapitas que impedían cargar los números para usar el cajero.
Se llamó a las autoridades, por lo que en un rato estaban los agentes de Delitos Económicos, Investigación de Delitos y Criminalística de la Policía Nacional y la fiscal Carolina Gadea. Las primeras investigaciones concluyeron que son seis los cajeros que sufrieron el mismo procedimiento, y todos están ubicados en pleno centro de la populosa Ciudad del Este, en plena avenida San Blas.
En principio especularon con un intento de clonación de tarjetas, pero más tarde los investigadores cambiaron de idea y se inclinan a pensar que el objetivo era el robo del cajero en sí. Al colocar el cartón en la ranura y las chapitas impidiendo el uso del teclado, los saboteadores se aseguraban de tener el cajero lleno, ya que nadie iba a poder retirar ni un solo guaraní.
Si bien en los últimos meses han aumentado los casos de ataques y robos a cajeros (el último fue hace pocos días en la entrada de la ciudad de Luque), si estas personas pensaban “levantar” seis cajeros de una sola vez, deben tener una gran organización para poder hacerlo. El gerente del banco dijo a los usuarios de cajeros que extremen las precauciones en estas fechas.