Transcurrían doce minutos de la 1 de la madrugada del domingo, cuando durante un patrullaje de rutina por el trayecto que une a la ciudad de Altos con Loma Grande, agentes de la comisaría segunda se toparon con un automóvil marca Toyota Noah, cuyos ocupantes al ver el móvil policial llamativamente apretaron el acelerador.
Cuando los efectivos intentaron persuadirlos de aminorar la marcha para identificarlos, una tensa persecución se extendió por varias cuadras, donde los desconocidos cubrieron su huida con balas contra los uniformados.
En un momento dado, la camioneta perdió el control y fue a parar a un costado del camino, donde impactó contra un árbol a la altura de la compañía Paso Itapé.
Rápidamente, los agentes salieron de su rodado y fueron a auxiliarlos, encontrándose con tremenda sorpresa: uno de los ocupantes confesó que habían robado un cerdo pero no les dio el tiempo de cargarlo, pues se vieron sorprendidos por ellos. El menor contó que dejaron atado a un árbol, antes de emprender la huida. El enorme cerdo fue encontrado atado de patas y torso, apenas podía moverse en un montecito.
En el interior fue detenido el dueño del rodado, Víctor David Figueredo Estigarribia (36), alias Lolo, quien para colmo de males intentó sobornar a los intervinientes, endulzándoles los oídos diciéndoles que si los dejaban ir iban a tener “una buena recompensa”.
El oficial Fredy Ojeda, jefe de la mencionada dependencia, comentó que el aprehendido cuenta con varias denuncias en su contra por hechos de abigeato en la zona. “Se acercó a mí y me dijo que era el dueño del vehículo y que quería solucionar para no hacer el procedimiento como corresponde. Ahí mismo procedí a la detención de esa persona”, contó Ojeda.
El hombre iba acompañado de Aldo Rodrigo Aquino (23) y un menor de 15 años. Todos fueron trasladados hasta la dependencia policial, hasta donde también llegó el dueño del cerdo, para denunciar el robo. Los detenidos quedaron a disposición del fiscal de turno Hilarión Cabrera.
Mientras, el animal fue retenido como evidencia y el dueño acude hasta la comisaría a darle de comer para que no pierda peso.