“No hay mal que por bien no venga”, dice un famoso dicho, que se aplica al caso de don Donato Valenzuela (68), quien fue víctima de “amigos de lo ajeno” en su puesto de laburo que tiene en Pedro Juan Caballero.
Cuando ya estaba preparando sus cosas para rumbear a su casa, se dio cuenta de que su vieja bicicleta, que lo acompañaba por varios años, desapareció de la nada.
Yuyo y mosto
El hecho ocurrió en el centro mismo de la ciudad, en una zona muy comercial donde se ubica para vender remedios yuyos y su mosto helado.
“Hace años que uso para transportarme y de repente nomás me robaron”, dijo a EXTRA.
“Al día siguiente apareció un brasilero al que no conozco bien, pero suele venir a comprar de mí. Se enteró de lo que me pasó y me trajo la bici nueva”, mencionó.
“Me puse muy feliz, porque sin mi bicicleta yo no tengo otra forma de movilizarme con mis bultos”, explicó.
Un conocido
Esto ocurrió la semana pasada, y este fin de semana le devolvieron también su bici robada.
“Vino un conocido mío. Me contó que compró la bicicleta por cincuenta mil guaraníes. ‘No sabía que era tuyo’ me dijo y me devolvió”, explicó. El karai agradeció el gesto del brasilero y del amigo que fue al devolverle su bici.
Nuevo
Comentó que ahora va a utilizar la que le regalaron ya que está nuevita y será más cómoda, mientras que la más viejita la va a mantener en su casa bajo candado, a fin de tenerlo como reserva por si se descomponga.
Don Donato es padre de tres hijos ya mayores, a quienes sacó adelante gracias a la venta de yuyos y mosto.
Hace ya varios años que pedalea desde su casa, hasta su trabajo, unos 30 minutos ida y vuelta.
Antes, suele hacer recorrido por el mercado local para comprar los insumos del día.
“Vivo con mi señora y mis hijos también me rodean”, comentó.
Fue un regalo
La bicicleta que le habían robado le regaló una sobrina hace ya ocho años. El trabajador se mantiene en forma mediante el pedaleo.