Víctor Ibarra Ozuna viajó todos los días desde la ciudad de Gral. Eduvigis Díaz hasta Pilar, Ñeembucú, para seguir su carrera de Ingeniería Informática.
La distrofia muscular le impide caminar, pero eso no le atajó para nada. Él se trasladaba en el transporte universitario del municipio y su mamá siempre estuvo para acompañarlo.
Contó que cuando fue a la universidad, el aula estaba en el segundo piso, pero luego se mudaron a la planta baja. Él destaca que adaptaron muy bien el espacio para él.
Trabajó tres años por su tesis y a finales de junio la pudo defender. Hoy fue su cumple y ya festejó como flamante ingeniero. “Siempre tuve en cuenta la palabra resiliencia”, dijo a EXTRA el joven, que hoy cumplió 28 años.
Actualmente, él trabaja arreglando computadoras y electrodomésticos en su casa.