24 abr. 2024

Rafaela, la paraguaya que dio nombre a una ciudad Argentina

Fundada hace 138 años, Rafaela es actualmente la tercera ciudad más poblada de la provincia de Santa Fe. El nombre rinde homenaje a una asuncena cuya fecha de nacimiento se recuerda hoy como fiesta patronal.

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Los restos de Rafaela Rodríguez descansan en el panteón de la familia Rubio, cementerio de la Recoleta (Buenos Aires).

Archivo Municipal de Rafaela/Foto Fernando Algaba

Se llamaba Rosa Rafaela Rodríguez Viana de Egusquiza, pero nunca le gustó que la llamaran por su primer nombre. De modo que todos la conocían como Rafaela. Nació el 24 de octubre de 1840 en Asunción, aunque no se tiene una seguridad al respecto dado que sus papeles desaparecieron durante la guerra contra la triple alianza.

Rafaela falleció 22 de noviembre de 1921 en Buenos Aires y sus restos se encuentran en el cementerio de Recoleta en Buenos Aires.

Habiendo comenzado con 11 familias en 1881, actualmente la ciudad de Rafaela tiene más de 100 mil habitantes y es conocida como “la capital del teatro”. La compatriota se casó con Félix Egusquiza, diplomático paraguayo de controvertida actuación durante la previa de la guerra.

Susana y Rafaela

El funcionario estuvo asociado con la empresa colonizadora Guillermo Lehmann y no se sabe si quien decidió poner el nombre de la mujer a la nueva población que se estaba creando. Otra colonia vecina se llamó Susana, en homenaje a la hermana de Rafaela, justamente.

Si bien hay poca información biográfica de la familia, se sabe que las hermanas eran parte de la familia aristocrática paraguaya, hijas de Francisca Carlota Viana de la Mora y Antonio Ramón de la Paz Rodríguez. En tanto, Egusquiza estaba muy vinculado a la clase política y era cercano a los López.

Fue enlace diplomático y comercial paraguayo en Buenos Aires, hasta que se desató la guerra en 1865, cesando en sus funciones. Fue acusado de demorar la entrega de la declaración de guerra al gobierno de Bartolomé Mitre. Supuestamente, durante ese tiempo aprovechó para finiquitar los negocios que tenía entre manos.

¿Traición y espionaje?

La prensa grafica el llamativo patrimonio que había acumulado el diplomático paraguayo: “la casa de su actual residencia, la contigua en obra, un establecimiento de campo en el Sur de la provincia en sociedad con otros individuos, una finca en calle San Juan arrendada a la Municipalidad, una acción en el teatro Colón”.

Egusquiza fue procesado por traición, espionaje y ocultación de bienes; estuvo preso, pero finalmente fue absuelto por los dos primeros cargos ya casi al final de la guerra, en 1869. Tuvo que pagar una fuerte multa por ocultación de bienes, delito por el que sí fue hallado culpable.

Rafaela conoció a Egusquiza en Asunción durante las visitas de él a la casa de ella, donde se reunía con su medio hermano Carlos Saguier, según publica el diario La Opinión, de Rafaela.